lunes, diciembre 03, 2012

A Morandé, de una hija de ij.


Me hubiese gustado tener en mi boca la poesía que utiliza usted, para plasmar en un papel todo lo que hay en el corazón. Me cuesta expresarme con la tinta, pero usted se merece el mayor de los esfuerzo y aquí estoy. Espero que lea con atención estas palabras que están a continuación…. Al menos quería estar presente mediante esta carta. 

Tengo tantas cosas que decirle que no sé por dónde empezar…quizás no tantas porque afortunadamente le dije muchas veces cuanto lo admiro, lo lindo que lo que encuentro, mi enorme admiración hacia usted y trate de demostrarle todo lo que llena mi corazón usted; por que se dio cuenta lo mucho que lo quiero, cierto??
Aunque creo que empezaré dándole las gracias, porque gracias a usted he conseguido ser quién soy. Por darme la posibilidad de aprender y de ganarme su confianza para contarle mis penas y alegrías.

Todas las personas son importantes en la vida pero, sin duda, los primeros maestros que uno tiene son los que más huella dejan. Los que nos enseñan las herramientas básicas para partir. Así es que no puedo olvidarme de este maestro que me enseñó a querer y apreciar el Vino, y todo lo que lleva a crear estas hermosas piezas de amor y pasión.Para empezar un gran proyecto hace falta valentía, y para terminarlo, perseverancia. Y esas dos virtudes se han reunido en usted. 
Me detengo en esto para detallarle solo mi sentir.
Cuando llegue a este Bodega no sabia nada de vino y el Tinto me sabia a vinagre, no me gustaba. Escuchaba su nombre y lo veía subir las escaleras y temblaba. Tan grande, con voz tan grave, que susto!!!!

Llegó mi primera junta con usted en sala de degustación, temblaban mis manos haciendo una mezcla -el matraz estaba húmedo con mi transpiración- y no podía sacar las cantidades en la probeta.Usted me miró, me pidió que tomara agua y que me relajara, ahí vi en usted a otra persona y me sentí tan feliz de poder mirarlo a los ojos con tranquilidad. Pues bien, pasó el tiempo y en miles de ocasiones me pidió que cerrar la boca, parecía “vitrola” de tanto que le hablaba. Me encanta escucharlo hablar de vinos y de la vida. Me encantó haberlo conocido.

Hoy, me voy y usted conoce muy bien los motivos. Agradecida por todo lo que viví en estos 13 años; lo bueno y lo malo me sirvió. Lamentablemente me voy de un lugar muy lejano al que usted construyó y soñó, muy distante al que me acogió. Hoy, no es un placer trabajar en Grupo Belén y con la gente de grupo Belén. Lo que fue un placer, fue haber trabajado en Viña Morandé, en su viña Morandé.

Dice un antiguo proverbio que tener verdadero éxito en la vida es: reír mucho y muchas veces; ganar el respeto de personas inteligentes; gozar del cariño de niños; ganar el reconocimiento de personas calificadas; apreciar la belleza; buscar lo mejor en los demás; dejar el mundo un poquito mejor de como lo encontraste   y saber que, al menos, una persona ha vivido mejor gracias a uno. Con estas pequeños pensamientos y muy llenos de sinceridad, le expreso mi agradecimiento no solo por ser mi maestro, sino, por ser mi Don Pablo, suerte y siempre siga para delante… para atrás. ni para tomar impulso. 

Ya usted sabe, donde sea y para lo que sea puede contar con mi ayuda.
Solo pedirle algo…………..no se olvide de mi.

Gracias por todo…mi Don Pablo
 
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