miércoles, noviembre 30, 2005

Siembra

El hombre, al descubrir el vino – y no inventarlo como el resto de las bebidas alcohólicas – tuvo el natural y comprensible interés de controlar este milagro y obtener lo mejor de la uva. Fue entonces cuando echó las bases de la vitivinicultura, asociándose a la vid –madre del vino- y esmerándose en su cultivo.

La vid o parra, es un arbusto trepador denominado científicamente Vitis vinifera. Existen más de 5000 variedades, razas o cepas de Vitis vinifera, de las cuales se cultivan comercialmente no más de 300; treinta pueden estimarse como conocidas o comunes para producir vinos, pero no más de ocho constituyen las más selectas o su “aristocracia”. Por otro lado, y aunque no lo parezca, virtualmente todas las variedades de uvas de mesa son Vitis Vinifera. No son aptas para producir vinos, salvo excepciones, pues la selección genética se buscó precisamente para obtener uvas adecuadas para su consumo directo como fruta.
La vid es una planta particularmente vigorosa que se poda y conduce de manera de lograr un justo equilibrio entre su vigor y su desarrollo, con el fin de obtener uvas de primera calidad en una cantidad adecuada y preservando la longevidad de la planta. Para poder regular todas estas y otras variables, la vid se plantan a distancias que varían entre poco menos de un metro hasta cinco metros, existiendo tres formas clásicas de sembrarlas y conducirlas.:

En CABEZA, es un sistema que consiste en formar pequeños arbustos provistos de varios brotes cortos en el eje central de la planta. Este sistema es característico del viñedo secano –riego por lluvias- en Chile. (imagen)

En ESPALDERA, la cual consiste en tomar dos cuatro o más arbustos desde le eje principal de la planta y conducirlos en hileras formadas por alambres sostenidos por postes, desarrollando así una verdadera muralla vegetal. Según sean el vigor de la variedad que se cultiva, la clase del suelo y otra serie de factores técnicos, la distancia varía entre uno y cinco metros y su altura entre 0,80 y 2 metros, o aveces más. Este sistema, con baja altura, es típico francés adaptado en los viñedos de riego de la zona central de Chile. En California ha sido modificado sobre la base de aumentar la altura y la distancia, junto con ubicar crucetas y otros elementos que favorecen el desarrollo de la vegetación. En los viñedos modernos de Chile estos cambios también se han realizado

En PARRONAL (parra o parrón), que consiste en formar con el concurso de postes y alambres, una verdadera ramada o techo vegetal.

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